Descansar es tan necesario para la salud como alimentarse bien. Sin un buen descanso, nuestro organismo y nuestro cuerpo, se van resintiendo. Tampoco ayuda la falta de sueño a nuestra salud mental, nuestra atención y nuestro estado de ánimo. Los insomnes bien saben de todo esto y las consecuencias de la falta de sueño y el buen descanso. Aunque acabes acostumbrándote, la realidad es que si no dormimos bien, no nos encontramos bien. No se trata solo de dormir, el sueño debe ser de calidad. Un buen descanso, inevitablemente, propicia una buena salud. Del mismo modo que lo hace una buena alimentación.
Si en lugar de esperar a que llegue el momento de absoluta necesidad para adquirir la cama adecuada, como puede ser una articulada de las que bien conocen en Cuidaria, profesionales del sector de las camas articuladas entre otros, nos tomamos en serio el descanso desde que tenemos uso de razón, tal vez no lleguemos a necesitar camas especiales, aunque las utilicemos por comodidad.
Es fácil quejarse del colchón. Alegar que no dormimos bien porque esta duro, tiene bultos, suena o es demasiado blando, es habitual. Los colchones son imprescindibles para procurar un buen descanso y, es común no prestar demasiada atención a los mismos hasta que ya nos ha pasado factura. La calidad del colchón puede tener un impacto significativo muy negativo en la salud, tanto mental, como física.
Dormir es esencial para el bienestar general del organismo y el colchón, inevitablemente juega un papel fundamental en la calidad de ese sueño reparador tan necesario. Elegir un buen colchón, adecuado a nuestras necesidades y preferencias, no solo puede marcar la diferencia entre un buen descanso y uno pobre, también incide en nuestra salud mental, física y emocional.
En este artículo, vamos a tratar de explicar como un buen colchón puede ayudar a conciliar el sueño que este sea optimo, reducir el estrés y mejorar la postura en la que dormimos, mantener una buena salud mental, emocional y física, reducir incluso las alergias y, por supuesto, mejorar la calidad del sueño.
Un buen colchón, indispensable
Resulta incomprensible que algo tan evidente no sea tenido en cuenta. Tal vez porque tengamos la idea equivocada de que invertir en un buen colchón no es necesario, pues basta con que sea más o menos duro cuando lo probemos, para creer que tenemos el colchón ideal. Sin embargo, los colchones, aunque a priori, puedan parecer algo caro, no son más que una inversión en nuestra salud. Gastar un poquito más, puede marcar la diferencia entre tener un colchón que te de problemas y otro que te los solucione.
Uno de los beneficios más notables que presenta un buen colchón es el obvio: ayuda a dormir mejor y por ende, a descansar como corresponde. Cada persona tiene sus propias necesidades y preferencias individuales en lo que respecta a la firmeza y soporte que presenta el colchón. Un colchón con la calidad adecuada, siempre va a proporcionar el nivel de comodidad y apoyo necesario para que el cuerpo descanse y se recupere por la noche. Ante la incomodidad en la cama, las dificultades para conciliar el sueño o el hecho de despertar con dolores en el cuerpo, es necesario considerar la posibilidad de cambiar el colchón. En muchas ocasiones, es el responsable de estos síntomas tan comunes y habituales entre la población.
Como factor negativo, el estrés afecta a nuestra salud física, mental y emocional. Un colchón de mala calidad o con muchos años de uso, puede contribuir notablemente a aumentar esos niveles de estrés que genera la falta de equilibrio necesario que proporciona un buen descanso. Es fundamental contar con una base sólida y reconfortante para descansar como corresponde, especialmente cuando se producen esas noches de insomnio que conducen a días cargados de estrés.
Los colchones de buena calidad, proporcionan ese soporte firme y cómodo tan necesario para que el cuerpo descanse. Ante esta situación de confort el cerebro emitirá señales para invitar al cuerpo a descansar, relajarse y disminuir esos niveles de estrés.
No debemos olvidar que la postura que adquirimos al dormir puede derivar en dolores y diversas molestias que afecten a la espalda, la circulación y la propia tensión de los órganos. Mantener una postura adecuada durante el sueño, es fundamental para la salud en genera. Un buen colchón, no solo permite sino que propicia la adopción y el mantenimiento de una correcta postura mientras dormimos.
Por ejemplo, los que duermen de lado pueden padecer dolor de espalda debido a la presión ejercida sobre ella. Hacerlo sobre brazos y hombros, restringe el flujo del torrente sanguíneo causando tensión en los órganos. En tanto que un colchón fabricado con espuma viscoelástica, por ejemplo, puede ayudar a mantener la alineación de la columna vertebral y amortiguar los puntos donde se ejerce la presión.
Dormir en un colchón en malas condiciones, suele conllevar noches de insomnio o hacer que se interrumpa el ciclo natural del sueño. El impacto negativo que esta situación ejerce en la salud mental y emocional puede conllevar una falta de agudeza y atención importante, hacer que nuestro humor cambie y nos sintamos irritables o se hagan más notables los síntomas de enfermedades como la ansiedad, la depresión o la bipolaridad. Un buen descanso es todavía más esencial en estas situaciones.
Calidad de sueño
Un buen colchón es sinónimo de un buen descanso. Un buen descanso implica una buena calidad del sueño. Se da la circunstancia de que muchas personas no son capaces de disfrutar de un sueño reparador y relajado por razones diversas como puede ser un dormitorio desordenado o una cama incomoda. Disponer de un buen colchón es la clave fundamental para crear un entorno de sueño acogedor. Evidentemente, si reina el caos en la estancia, tampoco ayudará a descansar en condiciones, por lo que hay que saber conjugar el orden con la comodidad para disfrutar de ese sueño reparador.
Entender que la cama es solo para dormir es algo que nos cuesta a todos. Es fácil caer en la tentación de utilizarla para otra suerte de actividades como saltar en ella (los mas pequeños disfrutan mucho de esta “función”), comer, estudiar, ver la tele, jugar a videojuegos, etc. Sin embargo la cama es para dormir y no para distraerse. Conviene, ya lo señalan los expertos, reservar este espacio solo para dormir, reduciendo el ruido y las distracciones del entorno, minimizando el desorden que se encuentre a la vista y utilizar colores tenues y cálidos en la estancia, son algunas de las recomendaciones que proporcionan los expertos en descanso. Además de seguir estos consejos, cambiar el colchón si es necesario debería ser el primer paso para poder conciliar el sueño y lograr que este sea reparador.
A la hora de elegir el colchón adecuado, los expertos aconsejan realizarse una serie de preguntas que nos ayudaran a tomar la decisión más acertada.
La primera de ellas hace referencia a como dormimos. Si lo hacemos boca arriba, en posición supina sobre la espalda, lo mejor es elegir un colchón duro. Si por el contrario dormimos de lado, puede ser conveniente un colchón que presente menor firmeza y que permita al hombro un ligero hundimiento para encontrar la posición más cómoda.
Hay que prestar atención al peso corporal. En el caso de pesar más, es necesario contar con un colchón firme que ofrezca una buena sujeción ya que en un colchón blando cabe la posibilidad de hundirse en exceso, lo cual no es bueno para la columna. Para las personas con cuerpos más ligeros, lo ideal es un colchón que ofrezca mayor flexibilidad y permita adaptar el contorno del cuerpo para lograr un reparto equilibrado del peso.
¿Qué pasa si te mueves mucho? En estos casos, lo más adecuado es contar con un colchón que presente buena dureza, permitiendo que los movimientos se hagan sin esfuerzo. Un colchón demasiado blando, impide realizar los movimientos cómodamente debido al hundimiento que permiten.
También hay que tener en cuenta si se pasa calor o se suda con facilidad. Si se vive en un lugar cálido, los colchones de muelle pueden ser más adecuados, debido a que se ventilan mejor y resultan más frescos. En el caso de las personas más frioleras o que viven en zonas frías, los colchones de espuma, látex o viscoelásticos, conservan mejor el calor.
Otras cuestiones a tener en cuenta es el tipo de base, si la quieres articulada, el colchón deberá ser flexible o si se trata de personas alérgicas al polvo o que sufren asma, es más aconsejable el colchón de espuma, o látex con una funda lavable.
En el momento de comprar el colchón, no te preocupes que puedes probarlo en la tienda. Tomarse tiempo para comprobar cuál es el colchón que se adapta a tus necesidades, es esencial antes de comprarlo. No basta con sentarse y tocarlo, hay que tumbarse, moverse, probar diferentes posturas, comprobar la holgura que queda entre la zona lumbar y el colchón al tumbarse boca arriba, etc.
Ya sabemos un poquito más sobre la necesidad de tener un buen colchón para descansar. Aunque pueda parecer más que obvio, lo cierto es que no somos demasiado conscientes de lo que supone dormir en el colchón adecuado.