Aumenta el número de empresas tasadoras en la costa mediterránea

En los últimos años, se ha producido un notable auge de las empresas de tasación en Alicante, en particular, y en la costa mediterránea en general. Este fenómeno no es casual ni pasajero, sino el reflejo de una serie de transformaciones económicas, sociales y urbanísticas que están reconfigurando el perfil inmobiliario de la región. La reactivación del mercado inmobiliario tras la pandemia, el interés creciente de inversores extranjeros y nacionales, así como el impulso de operaciones urbanísticas a gran escala, han convertido a la tasación en una herramienta indispensable para dar seguridad, transparencia y valor objetivo a un mercado cada vez más dinámico.

Alicante, en particular, ha emergido como uno de los puntos neurálgicos de este nuevo ciclo de expansión. Su combinación de buen clima, calidad de vida, comunicaciones internacionales y precios aún competitivos ha atraído a miles de compradores extranjeros, especialmente de países del norte de Europa, interesados en adquirir una segunda residencia o en invertir en propiedades con fines turísticos. Este flujo constante de operaciones ha creado una demanda creciente de tasadores profesionales, capaces de valorar los inmuebles con precisión y ajustarse a las normativas tanto españolas como europeas.

Las tasaciones, hoy más que nunca, son necesarias no solo para formalizar compraventas, sino también para procesos de herencias, divorcios, refinanciaciones, solicitudes de hipotecas o revisiones fiscales. En una zona donde la inversión inmobiliaria se ha disparado, contar con un informe de tasación riguroso y actualizado se ha convertido en un paso obligatorio para tomar decisiones económicas bien fundamentadas, tal y como nos explican en Mintasa, quienes nos cuentan que esto se ha traducido en la proliferación de empresas especializadas que ofrecen este servicio, muchas de ellas con equipos multidisciplinares que combinan el conocimiento técnico con una comprensión profunda del mercado local.

En el conjunto del litoral mediterráneo español, desde Girona hasta Málaga, el patrón se repite. La costa ha recuperado protagonismo como eje de inversión inmobiliaria. A la tradicional demanda nacional se ha sumado un perfil de comprador internacional con mayor poder adquisitivo, interesado no solo en residencias vacacionales, sino también en proyectos de desarrollo urbanístico, promociones de lujo o activos con alto potencial de rentabilidad. La valoración de estos inmuebles exige experiencia, precisión y conocimientos actualizados, lo que ha motivado la aparición de empresas de tasación que se especializan en segmentos muy concretos: viviendas unifamiliares de alto standing, suelos urbanizables, locales comerciales o complejos turísticos.

Además, las administraciones locales y autonómicas también han impulsado políticas de ordenación del territorio, regeneración urbana y desarrollo sostenible que requieren informes técnicos de tasación para la tramitación de proyectos, licencias o expropiaciones. Esto ha generado una colaboración creciente entre el sector público y las empresas privadas de tasación, consolidando aún más su papel en la estructura económica del territorio.

La transformación digital ha sido otro de los factores clave que han favorecido este boom. Muchas empresas de tasación han adoptado herramientas tecnológicas avanzadas para optimizar sus procesos, mejorar la precisión de sus informes y ofrecer un servicio más ágil. La integración de bases de datos masivas, sistemas de geolocalización, modelado en 3D o inteligencia artificial ha modernizado el sector, facilitando tasaciones más rápidas y ajustadas a las necesidades actuales del mercado.

En este contexto, el auge de las empresas de tasación no solo responde a un aumento de la demanda, sino también a una evolución en la forma de concebir el valor inmobiliario. Ya no basta con una estimación superficial basada en metros cuadrados y localización. Hoy se requiere un análisis completo que tenga en cuenta aspectos legales, urbanísticos, medioambientales y de mercado. Esto ha elevado el nivel de exigencia y ha consolidado la figura del tasador como un profesional esencial en cualquier operación inmobiliaria.

¿En qué localidades mediterráneas se ha encarecido más la vivienda?

En los últimos meses, las localidades mediterráneas españolas han registrado un encarecimiento notable del precio de la vivienda, impulsado por varios factores que van desde la recuperación postpandémica hasta el auge de la demanda extranjera y la escasez de suelo urbanizable. Este fenómeno se está sintiendo con especial fuerza en zonas como Alicante, Valencia, Málaga y, de forma muy destacada, en Baleares, donde el atractivo turístico y la presión del mercado de segunda residencia han elevado los precios muy por encima de la media nacional.

En la provincia de Málaga, municipios como Marbella y Vélez-Málaga han experimentado incrementos interanuales superiores al 15 %, convirtiéndose en algunos de los enclaves más caros y codiciados del litoral mediterráneo. Marbella, en concreto, destaca no solo por el alto precio de sus viviendas, sino también por la intensidad con la que se ha revalorizado su parque inmobiliario, empujado por la fuerte inversión internacional y una oferta muy limitada de suelo disponible. Esta situación ha provocado una auténtica carrera por adquirir propiedades antes de que los precios escalen aún más.

En Alicante, localidades como Benidorm han registrado también importantes subidas, con tasas que rozan el 16 %, reflejo de un mercado en plena efervescencia donde el turismo, las segundas residencias y el auge de las inversiones para alquiler vacacional juegan un papel clave. La Costa Blanca sigue siendo uno de los destinos favoritos para compradores del norte de Europa, lo que ha presionado los precios al alza tanto en los municipios costeros como en las capitales provinciales.

Pero si hay una zona donde el encarecimiento de la vivienda se ha convertido en un verdadero fenómeno estructural, esa es Baleares. El archipiélago, especialmente Mallorca e Ibiza, se ha transformado en uno de los mercados más exclusivos del país. La escasez de suelo, las restricciones urbanísticas, la alta demanda internacional y la vocación turística del territorio han convertido a Baleares en un epicentro de la especulación y la revalorización inmobiliaria. Localidades como Portixol, en Palma, figuran ya entre las más caras de toda España, superando incluso a algunas zonas prime de Madrid y Barcelona.

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