Cuando tu vivienda necesita una reforma integral

Puede que tu casa esté empezando a pedir a gritos una reforma porque lleva décadas sin tocarse o quizás acabas de comprar una vivienda antigua que necesita más que un par de manos de pintura. Sea cual sea tu caso, las reformas integrales son algo que tarde o temprano se plantean muchos propietarios. Claro, suena a un gran lío y probablemente ya estás pensando en el dinero, el tiempo y las molestias, pero te aseguro que con un poco de planificación y los consejos adecuados, puedes lograr que todo salga bien. Lo importante es saber por dónde empezar y, sobre todo, hacerlo bien desde el principio.

 

¿Qué es una reforma integral?

Cuando hablamos de una reforma integral, no se trata solo de cambiar el suelo o actualizar el baño. Esto va mucho más allá. En este tipo de proyectos, prácticamente desmontas la casa por completo para actualizarla desde los cimientos hasta el techo. Renovar instalaciones eléctricas y de fontanería, reforzar estructuras, rediseñar los espacios, instalar nuevos sistemas de aislamiento… Todo cuenta para dejar la vivienda como nueva y adaptada a las necesidades actuales.

La clave de una reforma integral no es solo la estética, aunque claro, al final todos queremos una casa que se vea espectacular. Lo importante es garantizar que la vivienda sea segura y eficiente. Por ejemplo, un sistema eléctrico en mal estado puede ser un peligro, mientras que unas tuberías antiguas pueden causar humedad o fugas. Y si hablamos de estructuras, ahí no hay margen para errores: ignorar grietas o vigas deterioradas puede acarrear problemas muy graves.

 

El peligro de ignorar los problemas

Puede que pienses: «Bueno, mi casa está vieja, pero funciona». Sin embargo, dejar pasar ciertos problemas puede salirte mucho más caro a largo plazo. Por ejemplo, un fallo eléctrico no solo puede dañar tus electrodomésticos, sino que también es un riesgo de incendio. Las tuberías viejas, si revientan, pueden arruinar paredes, suelos e incluso afectar a tus vecinos. Y ni hablar de los problemas estructurales. Si una casa no está bien reforzada, pueden aparecer grietas, filtraciones o incluso que cedan partes del techo o los muros.

A todo esto, súmale el tema del aislamiento. Una casa que no esté bien aislada pierde calor en invierno y se calienta en verano. Eso significa facturas de energía altísimas y un hogar que nunca termina de ser cómodo. Así que también hablamos de seguridad, salud y ahorrarnos bastante dinero.

 

¿Por qué necesitas un profesional?

Aquí no hay medias tintas: una reforma integral debe estar en manos de gente que realmente sepa lo que hace. Claro, podrías intentar ahorrar algo contratando al «amigo de tu cuñado», pero te seguro que lo barato puede salirte caro. Los profesionales no solo saben cómo hacer el trabajo bien, sino que además te ayudan a detectar problemas que quizás ni sabías que existían.

Un buen equipo de reformas se encargará de todo: desde los permisos necesarios hasta el diseño y la ejecución. Ellos conocen las normativas, usan las herramientas adecuadas y trabajan con materiales de calidad. Además, te ahorran muchos dolores de cabeza porque planifican todo para que el proyecto avance sin contratiempos.

 

Los materiales importan, y mucho

Uno de los errores más comunes en las reformas es escatimar en materiales. Y sí, al principio puedes ahorrar algo, pero los problemas que eso puede traer después no compensan. Por eso, siempre es mejor apostar por materiales de calidad, que no solo son más duraderos, sino que también requieren menos mantenimiento a largo plazo.

En CrearSur, una empresa de reformas integrales de Granada con más de 15 años de experiencia, tienen claro cuáles son las mejores opciones para cada parte de una vivienda. Así que toma nota:

Suelos

El suelo es una de las partes de la casa que sufre más desgaste, por lo que elegir un buen material es fundamental. En estancias como el salón y los dormitorios, los suelos laminados de alta resistencia son una apuesta segura. ¿Por qué? Porque son duraderos, fáciles de limpiar y tienen acabados muy realistas que imitan la madera natural. Además, su instalación es rápida y suelen ser más grandes que los suelos de madera maciza, que requieren más cuidados.

Para la cocina y los baños, donde la humedad y los cambios de temperatura son un problema constante, el gres porcelánico es la mejor opción. Este material es resistente al agua, a las manchas y a los golpes. Además, está disponible en una amplia variedad de diseños, desde estilos modernos hasta acabados que imitan piedra o madera. Aunque su instalación requiere un poco más de trabajo, el resultado final es prácticamente indestructible.

En zonas exteriores como terrazas o patios, lo ideal es apostar por pavimentos antideslizantes de cerámica o gres. Estos materiales están diseñados para resistir los cambios climáticos, el desgaste y, lo más importante, para evitar accidentes en superficies húmedas.

Techos

Los techos son esenciales para el aislamiento térmico y acústico de tu vivienda. El pladur con aislamiento térmico y acústico incorporado es una de las soluciones más populares. Este material es ligero, fácil de instalar y muy versátil, permitiendo diseños como techos falsos con iluminación empotrada.

Si vives en una zona con temperaturas extremas, puede que merezca la pena invertir en techos ventilados. Estos sistemas tienen una cámara de aire entre las capas de materiales, lo que ayuda a mantener la temperatura interior más estable y reducir el consumo energético.

Fontanería

En las reformas integrales, cambiar las tuberías es casi obligatorio, sobre todo si la vivienda tiene más de 20 o 30 años. Las tuberías antiguas de hierro galvanizado o cobre pueden estar corroídas, lo que aumenta el riesgo de fugas y obstrucciones.

Hoy en día, los materiales más recomendados son el polietileno reticulado (PEX) y el multicapa. Estos materiales son flexibles, resistentes a la corrosión y soportan bien las altas temperaturas, lo que los hace ideales tanto para agua fría como caliente. Además, su instalación es más sencilla, lo que reduce el tiempo y los costes del trabajo.

Electricidad

La instalación eléctrica de una vivienda es otro de los puntos críticos en cualquier reforma integral. Las instalaciones antiguas suelen ser incapaces de soportar el consumo energético actual, lo que puede provocar cortocircuitos o, en el peor de los casos, incendios.

Los cables de cobre con aislamiento de PVC son el estándar actual porque ofrecen una excelente conductividad y seguridad. Además, es imprescindible instalar un cuadro eléctrico moderno con interruptores magnetotérmicos y diferenciales. Estos dispositivos protegen tanto a los electrodomésticos como a las personas en caso de sobrecarga o fuga de corriente.

Ventanas y puertas

Las ventanas y puertas no solo influyen en el aspecto de la casa, sino que también son clave para mantener una temperatura confortable en el interior. El PVC y el aluminio con rotura de puente térmico son los materiales estrella en este sentido. Estas ventanas no solo son muy resistentes, sino que también ofrecen un excelente aislamiento térmico y acústico, reduciendo el ruido exterior y las pérdidas de calor o frío.

Las puertas interiores, por su parte, deben ser resistentes y estéticas. La madera maciza sigue siendo una opción clásica, aunque las puertas de MDF con acabados lacados o de melamina ofrecen una buena relación calidad-precio y son más ligeras.

Paredes

Aunque parezca que las paredes solo tienen que ser bonitas, su funcionalidad va mucho más allá. Para las paredes interiores, los materiales como el pladur permiten instalar paneles con aislamiento térmico y acústico. Esto es especialmente útil en casas donde se busca reducir el ruido entre estancias o mejorar la eficiencia energética.

En zonas húmedas como los baños, es fundamental utilizar materiales resistentes al agua, como el microcemento o paneles impermeables. Estos materiales no solo son duraderos, sino que también tienen un acabado moderno y fácil de mantener.

 

¿Cuánto cuesta una reforma integral?

Aquí viene la gran pregunta, ¿no? Pues bien, una reforma integral no es barata, pero recuerda que es una inversión. Para que te hagas una idea, renovar un piso de unos 100 m² puede costar entre 30.000 y 50.000 euros, dependiendo de los materiales y acabados que elijas. Y si hablamos de viviendas más grandes o con muchos problemas estructurales, el precio puede subir un poco más.

En cuanto al tiempo, una reforma integral suele llevarse a cabo entre tres y seis meses. Claro, todo depende del estado de la vivienda y de los cambios que quieras hacer. Si vas a redistribuir espacios o reforzar estructuras, es normal que tarde un poco más.

 

La importancia de planificar bien

Una de las claves para que una reforma integral salga bien es planificarlo todo con antelación. Debes elegir bien los materiales y decidir qué espacios quieres cambiar, todo debe estar claro antes de empezar. Esto ahorrará mucho tiempo y dinero y también te evitará sorpresas desagradables.

 

La reforma que tu casa necesita

Hacer una reforma integral es una gran faena, pero cuando ves el resultado final, te das cuenta de que todo el esfuerzo ha valido la pena.

Así que, si crees que tu casa necesita una reforma integral, no lo dejes para más adelante. Empieza a planificarlo ahora y prepárate para disfrutar de un hogar renovado y lleno de vida.

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