Depresión, ¿salimos?

 No es lo mismo arte que hartar y no es lo mismo estar deprimido que depresivo. Lo que nos lleva a otra cuestión similar a si fue antes la gallina o el huevo (al menos en algunos casos): una persona esta depresiva o es depresiva. Sufrir una depresión no es plato de buen gusto, no es grato para la persona que la padece ni para su entorno y es un estado anímico patológico bastante serio y, a veces, difícil de superar. Evidentemente existen personas que tienen un carácter y una personalidad proclives a los estados depresivos. Pero también es cierto que muchas de las personas que acaban sufriendo depresión, llegan a ese punto debido a las circunstancias y avatares de la vida. Ante un estado depresivo lo mejor es buscar apoyo, si es posible de un profesional especializado en este tipo de problemas psicológicos como es el caso de Carlos Ruiz León, psicólogo experto en tratar este tipo de problemas.

La vida es un continuo devenir que en muchas ocasiones nos pone frente a situaciones difíciles. Como es natural, estos constantes desafíos pueden afectar a nuestra salud mental en diferentes grados. Se trate de pérdidas de seres queridos, estrés laboral, problemas de índole familiar o personal o meros altibajos emocionales, las diferentes cuestiones pueden contribuir a generar una depresión.

Aunque en la actualidad recurrir a la ayuda profesional en cuestiones de salud mental, no esta tan mal visto como hace unos años, es fácil entender que cueste dar ese paso. Por lo tanto, si te identificas con los síntomas de una depresión y todavía no estás seguro o segura de como debes proceder, en este artículo, vamos a ofrecer una serie de consejos que pueden ser útiles para capear el temporal. Se trata de consejos proporcionados por diferentes psicólogos que aunque no suplen la ayuda profesional, puestos en práctica, pueden resultar de gran utilidad.

Se puede salir de la depresión

Se puede superar por supuesto. Superar alguno de los diferentes tipos de depresión puede constituir por si mismo un enorme desafío. Eso no quiere decir que sea imposible. Son incontables las personas que han pasado por una depresión y han sido capaces de superarla y seguir con sus vidas de forma plena y satisfactoria. Con el apoyo adecuado, tiempo y esfuerzo, es posible mitigar esa depresión que te azota y recuperar las riendas de tu vida.

Las siguientes recomendaciones, abarcan diferentes aspectos como el autocuidado y la gestión de los pensamientos negativos que tanto daño hacen. Así como la búsqueda del apoyo emocional necesario y la manera de incorporar hábitos saludables en la vida diaria.

Con la implementación de las diferentes estrategias, es posible atenuar algunos de los síntomas de la depresión y, con el tiempo, mejorarla. No obstante, hay que recordar que cada persona es un mundo y lo que para unos funciona a las mil maravillas, para otros no resulta eficaz. En el caso de estar inmerso en una depresión profunda, es inevitable contar con la ayuda profesional adecuada, pero en los casos más leves, es conveniente probar diferentes consejos y estrategias hasta encontrar los más adecuados.

La clave son la paciencia y la persistencia. Aunque se trate de un camino duro y difícil, no hay que desanimarse si no se producen resultados inmediatos. Se trata de una maratón y no de una carrera de cien metros.

Apoyo y autocuidado

 

Aceptar y enfrentar una depresión son los dos primeros aspectos a tener en cuenta. Aceptar que se está sufriendo este problema, tras recibir un diagnóstico profesional es el primero de los pasos necesarios para poder salir de ella. Reconocer las emociones y sentimientos que este estado genera para dejarlas salir ya manejarlas, es esencial para enfrentarnos a la depresión.

Buscar apoyo en un terapeuta especializado en depresión puede ser un factor clave para propiciar la recuperación. Es importante que se trate de un profesional capacitado y cualificado para ayudar en este caso en particular.

La comunicación con amigos y familiares es otro aspecto esencial en el camino de la recuperación. Hablar con personas de confianza sobre esas emociones y pensamientos, permite aliviar la carga emocional y obtener el apoyo emocional necesario.

Como prioridad, el autocuidado. Cuidarse física y emocionalmente realizando las tareas cotidianas como la higiene personal, dormir lo suficiente, comer sano y equilibrado, así como hacer ejercicio de forma regular.

Aunque la tentación de alejarse del mundo y aislarse planee sobre tu cabeza, es preferible no caer en ella y evitar ese aislamiento social. Mantener las relaciones sociales y realizar actividades con otras personas son esenciales para no agravar el problema y añadirle la ansiedad social.

Practicar meditación en alguna de sus formas puede ayudar a canalizar esos pensamientos y concentrase en el momento presente, permitiéndote disfrutar de los pequeños momentos de la vida.

La escritura puede servir como catarsis y ayuda a procesar esas emociones. Llevar un diario puede ayudar a organizar las ideas y pensamientos, al mismo tiempo que ayuda a comprender la depresión y los pasos que se van dando.

Importante es por igual establecer una rutina diaria que proporcione cierta sensación de control y estructura para encontrar la estabilidad en los momentos más críticos.

Procurar realizar actividades que te hagan disfrutar y resulten placenteras y satisfactorias, puede ayudar notablemente a salir de la depresión y evitar la ansiedad que la acompaña de cuando en cuando.

Lidiar con pensamientos y emociones

Lo que pensamos no hace sentir, para bien o para mal. Por lo tanto, aprender a identificar los pensamientos que alimentan la depresión y reemplazarlos por otros más positivos es favorable para vencer la depresión. Puede resultar difícil pero no imposible, es cuestión de hacerlo una y otra vez hasta que desaparezcan.

Agradecer las cosas buenas que tienes a tu alrededor. Los profesionales, recomiendan llevar un registro diario de todas esas cosas que te hacen sentir agradecido o agradecida y reflexionar sobre ellas. Esto ayuda a cambiar la perspectiva.

Desarrollar la resiliencia conlleva un aprendizaje y adaptación frente a las situaciones difíciles para salir con mayor fortaleza.

Es necesario aprender a establecer límites saludables y aprender a decir que no cuando necesitas decirlo. Decir que si cuando no quieres decir si, ayuda a que la depresión siga ahí, por lo tanto, aprende a decir no con asertividad.

Fomentar la conexión emocional con tus personas de confianza, estableciendo relaciones de empatía y apoyo mutuo. Este hecho tan simple, puede ser la clave que te ayude a superar la tristeza que acompaña a la depresión y salir de ella.

El perdón es otra tarea que hay que fomentar. Perdonarse a uno mismo o misma, por los errores cometidos (o la creencia de haberlos cometido) y no ser tan duro o dura contigo mismo o misma, es vital para avanzar en la recuperación de la mano de una actitud más positiva.

Algunas herramientas para salir de abatimiento

Quizá cumplir con estos consejos no resulte aparentemente fácil. Sin embargo con la ayuda de las herramientas adecuadas el trabajo será más llevadero. Por lo tanto, una buena manera de empezar a dar pasos en el camino de la recuperación, consiste en establecer unos objetivos realistas. Dividir las metas en pequeños pasos que sean alcanzables, nada de zancadas ni pasos de gigante, pasitos. Celebrar cada uno de esos pasos te hará sentir motivación.

Aprender diferentes técnicas de relajación que te ayuden a reducir la carga de estrés y la ansiedad generada. Estas herramientas permiten sentir mayor tranquilidad y control.

Buscar ayuda en grupos de apoyo y participar en ellos de forma activa, puede concederte la comprensión necesaria, amistad y consejos o experiencias de personas que han pasado o están pasando por una situación similar.

Considerar la terapia farmacológica puede ser una opción en casos de depresión severa. En estas situaciones, puede ser necesario recurrir a los psicofármacos, aunque para ellos hay que acudir a un profesional que determine si es lo más adecuado. En cualquier caso, si recurres a la medicación puede ser una manera útil de ayudarte en el proceso de recuperación, pues te permitirá centrarte en el trabajo que debes realizar por ti mismo o misma.

Conectar con los valores personales y recuperarlos. Definir esos valores o redefinirlos, puede ejercer como motor para motivar y dar sentido a la vida. Una vez los tengas presentes, pueden convertirse en la guía que te permita centrarte en los objetivos para superar la depresión.

Mantener un enfoque de progreso y no de perfección para evitar agobios innecesarios. Recuperarse de una depresión es un proceso que puede pasar por numerosos altibajos. Hay que mantener el foco en los pasos dados y no perder los objetivos.

Ante un estado depresivo, es vital mantener las rutinas e incluso modificarlas para que mejore el estado de ánimo. Establecer una rutina diaria que incluya las actividades que más motiven a la recuperación es esencial. Algunas actividades a incluir dentro de esas rutinas son el ejercicio físico que no solo mantendrá tu cuerpo en forma si no que ayudará a liberar hormonas que ayudan a sentirse mejor. Pasar tiempo al aire libre, no aislarse socialmente o realizar actividades artísticas y creativas son herramientas y estrategias que ayudan a superar la depresión, por lo que, con independencia de si haces terapia o no, debes incluirlas en tu vida.

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