¡Mi hijo no quiere ir al colegio!

Desde hace varias semanas, mi sobrino se niega a ir al colegio. Cada mañana es una lucha, con lágrimas, gritos y una resistencia que parece imposible de vencer. Al principio, pensé que era una rabieta más, una fase pasajera.

Pero con el paso del tiempo, me di cuenta de que había algo más. No se trataba solo de pereza o capricho, había un miedo real que lo paralizaba. Así que me puse a investigar sobre este problema y descubrí que podría estar relacionado con la ansiedad por separación.

 

Trastorno de ansiedad por separación

El trastorno de ansiedad por separación es un problema que afecta a muchos niños, aunque a veces no lo identificamos a tiempo.

Haya Psicólogos, psicólogos con 25 años de recorrido profesional, nos explican que “es una alteración psicopatológica bastante común en los niños e incluso durante la primera adolescencia. Se puede considerar una ansiedad patológica cuando el niño muestra una ansiedad excesiva al separarse del hogar o de las personas a las que está ligado afectivamente. La resistencia o rechazo al colegio suele ser el síntoma más habitual del TAS (en algunos estudios se refiere que cerca del 80% con rechazo escolar sufren de ansiedad de separación)”.

O sea, que los niños que lo padecen pueden experimentar angustia intensa cuando tienen que ir al colegio, quedarse en casa de un amigo o, incluso, dormir solos.

 

Causas de la ansiedad por separación

Las razones pueden ser diversas.

  • Algunos niños la desarrollan después de una experiencia traumática, como la pérdida de un ser querido o un cambio importante en sus vidas (mudanza, cambio de colegio, divorcio de los padres).
  • Otros pueden tener una predisposición genética o haber aprendido el miedo a través del comportamiento ansioso de sus propios padres.

 

Consecuencias del trastorno

Cuando un niño experimenta ansiedad por separación, su calidad de vida se ve afectada.

Puede tener problemas académicos, dificultades para socializar y una autoestima frágil.

Además, si no se trata, este trastorno puede persistir en la adolescencia y la adultez e incluso derivar en otros problemas de salud mental.

 

¿Cómo podría evolucionar la ansiedad de separación a lo largo del tiempo?

Si no se maneja adecuadamente, la ansiedad por separación puede ir empeorando con el tiempo y afectar múltiples áreas de la vida del niño.

En algunos casos, los niños crecen evitando situaciones que les generan miedo, lo que refuerza su ansiedad y limita sus oportunidades de desarrollo personal y social. Esto puede hacer que, con el tiempo, desarrollen trastornos de ansiedad generalizada, depresión o incluso fobias específicas, como miedo a salir de casa o a estar solos.

Además, en la adolescencia, pueden tener dificultades para separarse de sus padres o para independizarse, lo que podría derivar en problemas de autoestima y seguridad personal. En algunos casos, también pueden desarrollar conductas evitativas en el ámbito académico o laboral, lo que podría limitar sus oportunidades en el futuro.

Por otro lado, si se interviene a tiempo con terapia, apoyo familiar y estrategias adecuadas, el niño puede aprender a manejar sus miedos y desarrollar habilidades para afrontar la ansiedad. Es fundamental brindarle un entorno seguro donde pueda expresar sus emociones y enfrentar progresivamente sus temores.

Lo importante es no minimizar el problema ni forzarlo a enfrentarse a su temor sin herramientas adecuadas. Con el acompañamiento correcto, puede superar la ansiedad y llevar una vida plena y equilibrada.

 

¿Qué relación tiene la ansiedad por separación con el trastorno de pánico?

El trastorno de pánico puede aparecer en personas que han sufrido ansiedad por separación en la infancia. Este trastorno se caracteriza por ataques de pánico recurrentes, en los que la persona siente un miedo intenso, dificultad para respirar, palpitaciones, sudoración excesiva y una sensación de pérdida de control. Muchas veces, quienes experimentan estos ataques sienten que están en peligro inminente o que podrían morir, aunque no haya una amenaza real.

Los estudios han demostrado que niños con ansiedad por separación tienen un mayor riesgo de desarrollar trastorno de pánico en la adolescencia o adultez. Esto se debe a que su cerebro se acostumbra a reaccionar con ansiedad extrema ante situaciones de estrés, y esa respuesta se mantiene con los años. La conexión entre ambas condiciones radica en el miedo irracional y la sensación de descontrol que experimentan quienes las padecen.

Aunque no todos los niños con ansiedad por separación desarrollan trastorno de pánico tenemos que estar atentos a los signos de alerta. Un tratamiento a tiempo, que incluya terapia cognitivo-conductual y apoyo emocional, puede ayudar a prevenir la evolución de la ansiedad hacia problemas más graves en la adultez.

 

¿Un adulto puede padecer ansiedad de separación?

Sí, y es más común de lo que se piensa. Aunque solemos asociarlo con niños, muchos adultos también experimentan ansiedad intensa al separarse de sus seres queridos. En algunos casos, esto se manifiesta en relaciones de pareja dependientes, miedo irracional a la soledad o dificultad para dejar el hogar de los padres.

Los adultos con ansiedad por separación pueden experimentar ataques de ansiedad, pensamientos catastróficos sobre lo que podría pasarle a sus seres queridos y una necesidad constante de comprobación (llamadas, mensajes, visitas frecuentes). Además, pueden sentir angustia extrema cuando están solos, lo que afecta su independencia y bienestar emocional. Esta ansiedad también puede interferir en su vida social y laboral, ya que pueden evitar actividades que impliquen separarse de sus personas de confianza.

El tratamiento para la ansiedad por separación en adultos es similar al de los niños: terapia psicológica, especialmente la terapia cognitivo-conductual, y en algunos casos, medicación para reducir los niveles de ansiedad. Aprender a gestionar el miedo y trabajar en la autonomía emocional es clave para superar este problema.

 

¿Cómo ayudar a un niño con ansiedad por separación?

Lo primero es no ignorar sus miedos ni ridiculizarlos. Decirle «No pasa nada» o «Estás exagerando» no ayuda. En su mente, su miedo es real, y necesita apoyo para enfrentarlo.

Algunas estrategias que pueden funcionar son:

  • Crear una rutina estable: Los niños se sienten más seguros cuando saben qué esperar cada día.
  • Hablar sobre sus miedos: Preguntarles por qué se sienten así sin presionarlos.
  • Usar objetos de transición: Como un peluche o una nota de los padres que puedan llevar consigo al colegio.
  • Exponerlos de manera gradual: En lugar de obligarlos a quedarse de golpe, hacer transiciones más suaves.
  • Buscar ayuda profesional: Si la ansiedad es muy intensa, un psicólogo infantil puede ayudar con terapia específica.

 

¿Es recomendable obligar a un niño con ansiedad por separación a ir al colegio?

No es recomendable obligar a un niño con ansiedad por separación a ir al colegio de manera forzada, porque puede incrementar su angustia y empeorar el problema. Sin embargo, permitirle quedarse en casa indefinidamente tampoco es la mejor opción, porque refuerza ese estado y dificulta su adaptación. Lo ideal es encontrar un equilibrio, acompañarlo en el proceso y validar sus emociones mientras se le brindan herramientas para manejar su ansiedad.

Si el niño falta al colegio constantemente, aprende que evitar la situación le proporciona alivio momentáneo, lo que refuerza su ansiedad a largo plazo. Para ayudarlo, se pueden implementar estrategias progresivas, como llevarlo al colegio y quedarse un tiempo con él hasta que se sienta más seguro. También es útil establecer rutinas predecibles, hablar con los profesores para que lo apoyen y enseñarle técnicas de relajación.

Es importante ser paciente y comprensivo, pero también firme en la necesidad de asistir al colegio. Si la ansiedad persiste o es muy intensa, puede ser recomendable acudir a un profesional que ayude a desarrollar estrategias más específicas y personalizadas.

 

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Un especialista puede evaluar la situación y brindar estrategias adecuadas para abordar el problema.

Algunas señales de alarma a las que se debe prestar atención incluyen:

  • Crisis de ansiedad frecuentes: El niño llora, grita o tiene síntomas físicos como dolor de estómago o cabeza cuando se separa de sus figuras de apego.
  • Rechazo extremo a actividades cotidianas: Se niega persistentemente a ir al colegio, participar en actividades sociales o quedarse con otros familiares.
  • Problemas para dormir solo: Muestra resistencia a acostarse sin la presencia de sus padres o se despierta varias veces durante la noche por miedo a la separación.
  • Pensamientos catastróficos sobre la separación: Expresa temor constante de que algo malo le suceda a él o a sus seres queridos cuando no están juntos.
  • Cambios en su comportamiento o estado de ánimo: Se muestra más irritable, retraído o dependiente, con dificultades para concentrarse o disfrutar de sus actividades.

Un psicólogo o terapeuta especializado puede trabajar con el niño y su familia para desarrollar estrategias efectivas que le ayuden a gestionar su ansiedad y mejorar su bienestar.

 

Como ves, es solucionable

La ansiedad por separación no es un capricho ni una simple «maña», sino un problema real que requiere comprensión, paciencia y apoyo.

Si un niño cercano a ti enfrenta esta situación, no minimices su malestar ni lo fuerces sin más. Escucha sus emociones, ayúdalo a desarrollar estrategias para afrontar su ansiedad y bríndale seguridad. Con el acompañamiento adecuado, podrá adaptarse poco a poco y disfrutar de su infancia sin miedos que lo limiten.

La clave está en el amor, la empatía y, si es necesario, la ayuda profesional.

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