Con la subida de las temperaturas, nuestros pies están más expuestos al sol y caminamos más descalzos.
Es importante proteger nuestros pies cuando llega el verano, para prevenir el desarrollo de infecciones y evitar la aparición de ampollas.
No los cuidamos como se merecen, aunque soportan el 120% de peso de todo el cuerpo. Además, el 60% de los españoles no se hidrata nunca los pies, y este porcentaje aumenta en los hombres.
Es importante “mantener la piel del pie suficientemente hidratada, independientemente del grupo de edad al que se pertenezca o al nivel de ejercicio físico que uno practique diariamente”, dice la podóloga Carmen Naranjo, experta en Cirugía Podológica, Biomecánica y Ortopodología.
Es aconsejable llevar zapatos de tejidos naturales como cuero, ante, algodón o lana. En estos meses puedes llevar alpargatas o espardeñas a base de fibras naturales de esparto.
Escoge un buen calzado para evitar la sudoración excesiva del pie. Pero si prefieres llevar sandalias, lo mejor es optar por las sandalias que sujetan el pie mediante tiras cruzadas y con pulsera que sujete el tobillo.
Opta por un calzado flexible y que facilite la transpiración del pie. Es importante que se ajuste a él, pero sin comprimirlo, para evitar callosidades y durezas.
“Si el zapato abierto o sandalia no proporciona una correcta sujeción del pie sí que es más peligroso; igualmente ocurre con el tipo zueco. Este tipo de calzado expone más cantidad de piel al exterior con mayor riesgo de sequedad de la piel y más posibilidad de padecer agresiones como fisuras o pequeñas heridas o grietas”, explica la podóloga, que añade que “la utilización continuada y diaria de zapatillas deportivas en verano favorece la hiperhidrosis o exceso de sudoración con el peligro añadido de que aparezcan mal olor y pie de atleta”.
Incluso, puedes alternar el tipo de calzado y cambiar diariamente de zapato para no favorecer la aparición de problemas de sudoración e infecciones fúngicas.
La experta no aconseja “las chanclas llamadas brasileñas o hawaianas para la vida diaria o para caminar grandes distancias, ya que no sujetan bien el pie al caminar y producen innumerables problemas como fascitis, esguinces…”.
Es necesario preparar los pies para el verano, así que es imprescindible que se eliminen las durezas y callosidades.
Además, con la subida de las temperaturas aparecen las ampollas en los pies, ya que la piel protege su interior mediante la acumulación de líquido.
Desde Clínica Podológica Oltra nos informan que la aparición de ampollas en los pies puede deberse a varios factores:
-Roce o fricción: la causa principal es la fricción de la piel contra el calzado, sobre todo cuando hacemos largos recorridos.
-Quemaduras: el sol o los productos químicos pueden ocasionar esta afección.
-Pie de atleta: los hongos en los pies también pueden llegar a producir ampollas.
Para prevenir la aparición de las ampollas sobre las prominencias óseas de los pies, debes cubrir esa zona con un apósito de hidrogel.
Es aconsejable mantener siempre la piel hidratada, ya que una piel seca tiene más posibilidades de sufrir fricción.
Así, que compra cremas hidratantes y lociones específicas anti-rozaduras o vaselina. Incluso, en la farmacia encontrarás fórmulas especialmente nutritivas que refuerzan la barrera hidrolipídica de la piel y evitan la pérdida de agua.
Si quieres cuidar los pies en verano, no te pierdas las siguientes recomendaciones:
–Higiene diaria: sumérgelos en agua tibia durante diez minutos y lávalos con algún jabón suave.
–Hidratación: aplica todos los días una crema o loción que tenga en su formulación una parte de urea, pero no la uses cuando te calces.
–Masajes: masajea la zona plantar, sin olvidar los tobillos.
–Agua fría: la revista ¡HOLA! informa que si tus pies están muy hinchados, puedes “sumérgelos en un baño de agua fría con sal o, aún mejor, alterna baños de agua fría y caliente para reactivar la circulación».
–Exfoliación: una vez por semana exfólialos y elimina las durezas.
–Utiliza un antitranspirante en spray: si tus pies sudan mucho con los zapatos, opta por un antitranspirante en spray para evitar posibles infecciones y ampollas.
–Uñas bien cortadas: corta las uñas de forma recta, para evitar que se encarnen. Es aconsejable cortarlas cuando estén blandas, pero no utilices las tijeras de cortar papel o las de costura. Los expertos explican que el instrumento adecuado que debe emplearse es el cortaúñas.
–Crema para ablandar la cutícula: si tienes mucha cutícula o bien demasiado seca, puedes utilizar una crema para ablandarla. Aplica una pequeña cantidad de quitacutículas y empuja hacia atrás, pero no puedes eliminarla porque protege la raíz de la uña.
–Usa protección solar: aplica crema solar en el dorso del pie y en los dedos para evitar quemaduras.
–Acude al podólogo: es recomendable acudir al podólogo antes y después del verano. En estas revisiones se tratarán durezas, uñas encarnadas, callos, reconstrucción de la uña…