¿Tu hijo tiene dificultades con los números? Puede que sufra discalculia.

La discalculia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad de una persona para comprender y realizar cálculos matemáticos. Es similar a la dislexia, pero en lugar de afectar la lectura y la escritura, perjudica a las habilidades matemáticas. Las personas con discalculia pueden tener dificultades con conceptos numéricos, la memorización de hechos aritméticos, la comprensión de las operaciones matemáticas y la ejecución de cálculos.

Es por eso que, si tu hijo tiene dificultades en el colegio, sobre todo en matemáticas, es preciso que prestes atención a las señales que ves en casa durante el estudio o las tareas cotidianas, ya que, por supuesto, no puedes verlo mientras está en el colegio. Pero antes, debemos saber que hay dos tipos de discalculia:

Tipos de discalculia:

  1. Discalculia primaria (desarrollo): esta forma se presenta desde una edad temprana y es independiente de otros problemas de aprendizaje.
  2. Discalculia secundaria (adquirida): resulta de una lesión cerebral o daño en las áreas del cerebro responsables del procesamiento numérico, y puede ocurrir a cualquier edad.

Síntomas y señales:

  • En niños pequeños:
    • Dificultad para aprender a contar.
    • Problemas para reconocer números y entender que los números representan cantidades.
    • Dificultad para aprender y recordar números básicos y conceptos matemáticos.
    • Confusión con la secuencia de pasos necesarios para resolver problemas matemáticos.
  • En edad escolar:
    • Dificultad para entender y recordar conceptos matemáticos básicos, como sumar y restar.
    • Problemas con la resolución de problemas matemáticos y la memorización de tablas de multiplicar.
    • Dificultad para comprender el valor posicional de los números (por ejemplo, unidades, decenas, centenas).
    • Problemas con la organización espacial, lo que afecta la comprensión de gráficos, tablas y problemas geométricos.
  • En adolescentes y adultos:
    • Dificultad para manejar dinero y realizar cálculos necesarios para compras y cambio.
    • Problemas para estimar cantidades o tiempos.
    • Dificultad para comprender y seguir recetas o instrucciones que involucran medidas.
    • Problemas con la planificación y la organización, especialmente en tareas que requieren la secuenciación de pasos.

Diagnóstico:

El diagnóstico de la discalculia se realiza a través de una evaluación exhaustiva que incluye los siguientes pasos:

  • Entrevistas: con el niño, los padres y los profesores para recoger información sobre las dificultades en matemáticas y su impacto en la vida diaria.
  • Pruebas estandarizadas: evaluaciones formales que miden el rendimiento en matemáticas en comparación con el nivel esperado para la edad y el nivel educativo del niño.
  • Evaluaciones cognitivas: para identificar problemas subyacentes en áreas como la memoria de trabajo, la atención y las habilidades visuales-espaciales.

Intervenciones y estrategias:

Como nos comentan desde el Centro Psicopedagógico Cristina Hormigos, la discalculia se puede tratar mediante la implementación de estrategias de enseñanza personalizadas que se adapten a las necesidades específicas del niño, como el uso de métodos multisensoriales para enseñar conceptos matemáticos, proporcionando herramientas y recursos visuales, y estableciendo un ambiente de aprendizaje positivo y libre de estrés. Además, el psicopedagogo trabaja en colaboración con los padres y los maestros para desarrollar un plan educativo individualizado (PEI) y ofrecer apoyo emocional, incentivando así la autoestima y la motivación del niño en su proceso de aprendizaje:

  1. Enseñanza multisensorial: utilizar un enfoque que combine la vista, el oído y el tacto puede ayudar a los estudiantes a comprender y recordar los conceptos matemáticos. Para comprenderlo mejor, algunos ejemplos de esto incluyen el uso de bloques manipulativos, gráficos, y aplicaciones interactivas.
  2. Instrucción directa y explícita: enseñar estrategias específicas y procedimientos paso a paso para resolver problemas matemáticos.
  3. Refuerzo positivo y apoyo emocional: es crucial ofrecer refuerzo positivo y construir la autoestima en los estudiantes con discalculia. Ayudarles a desarrollar una mentalidad de crecimiento puede mejorar su actitud hacia las matemáticas.
  4. Terapia cognitiva-conductual: para abordar cualquier ansiedad matemática y mejorar las habilidades de afrontamiento.
  5. Herramientas tecnológicas: calculadoras, software educativo y aplicaciones móviles que están diseñadas para reforzar las habilidades matemáticas.
  6. Adaptaciones en el aula:
    • Más tiempo para completar exámenes y tareas. Si se les obliga a tener el mismo tiempo que los demás, esto les puede generar estados de estrés y ansiedad.
    • Uso de recursos visuales como gráficos y diagramas. Siempre es mucho más entendible para los niños manejarse con algo que puedan ver.
    • Oportunidad de demostrar el conocimiento a través de métodos alternativos como proyectos o presentaciones.
  7. Tutoría personalizada: un tutor especializado en trastornos del aprendizaje puede proporcionar una instrucción más individualizada y adaptada a las necesidades específicas del estudiante.

Impacto a largo plazo.

La discalculia puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana y profesional de una persona, especialmente en áreas que requieren habilidades matemáticas, como la gestión económica y ciertas carreras profesionales. Sin embargo, con el apoyo adecuado, las personas con discalculia pueden desarrollar estrategias efectivas para manejar sus dificultades y tener éxito en sus estudios y trabajos.

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